Cuando me di cuenta de que tu existencia era paralela a la mía
ya era demasiado tarde, mi vida estaba vendida por tu presencia.
Y nada cambia.
La distancia es imperturbable, no se logran unir, no se logran separar.
Hay ocasiones en las que por mucho que me aleje de ti
siempre vuelvo a mi camino, recordando que cuanto más lejos más cerca,
cuanto más cerca más lejos.
Y nada cambia.
Cuanto dolor puede causar este querer y no poder,
querer olvidarte pensando que no dejo de quererte,
querer quererte olvidando que debo olvidarte.
Y nada cambia.
No sé si por miedo, no sé si por ignorancia,
no sé si por casualidad o destino,
en definitiva no sé,
pero cuanto más te recuerdo más te olvido,
y cuanto más te olvido más te quiero ver.
Nunca nada cambiara mientras siga tus pasos.
martes, 6 de noviembre de 2007
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